Ya llegó por quien lloraban!!! O bueno, no... Al menos a quien extrañaron por un ratito? No? Ok... u.u nunca me haré ilusiones de si alguien me extraña porque... me doy cuenta que no xDD
El blogsito está más abandonado que una pirámide recién encontrada ;A;
Soy la única sobreviviente.... OAO!! No!!! ;A;!!! Extraño comentarios ;A;
Buen ya, me recompongo... ejem!! esta noche les vengo simplemente a dejar esta parte que de seguro esperaban... o eso espero yo... xDD
Disfruten leyendo!! Y dejen notitas pegadas en mi casita que Kyori ama leerlas!!!
Bye bye!! <3 <3 <3 <3
El blogsito está más abandonado que una pirámide recién encontrada ;A;
Soy la única sobreviviente.... OAO!! No!!! ;A;!!! Extraño comentarios ;A;
Buen ya, me recompongo... ejem!! esta noche les vengo simplemente a dejar esta parte que de seguro esperaban... o eso espero yo... xDD
Disfruten leyendo!! Y dejen notitas pegadas en mi casita que Kyori ama leerlas!!!
Bye bye!! <3 <3 <3 <3
Capítulo 4: “Arena de guerra, festín de bestias” [Parte I]
Su cuerpo
apenas sintió aquel ligero roce de un vuelo ya conocido por él. Al abrir los
ojos lentamente, aquella persona brillaba con intensidad sobre su cabeza. Creyó
por un instante estar en el cielo, en un paraíso donde quien se mostraba encima
de él era un ángel.
Algo
realmente estúpido pues cuando sus ojos al fin mejoraron su visión, su rostro
de alivio se tornó nuevamente en un rostro de susto.
Nakajima:
-Y-Yamada…- susurró, sintiendo su boca seca y rasposa del grito antes dado. Sus
ojos totalmente atentos a lo que veía ahora y sus manos, temblorosas.
Guardia X:
-¿Qué… es eso?- su voz, como la de todos, sonaba sorprendida.
Yaotome: -Al
fin te encuentro… renacuajo, perro infiel que muerde la mano de su amo al darle
comida, escoria de este mundo, vil y ruin ser desagradecido y con…- su monólogo
fue callado por el silbido del demonio mayor.
Takaki: -No
es momento de eso… ¡Apártate! ¡No puedo resistir por mucho más!- sus manos se
mantenían estiradas frente a él con los dedos entrelazados ligeramente de la
punta. Sus ojos fuertemente apretados y una gotita de sudor resbalando por su
frente.
Yaotome: -¡No
me interrumpas! ¡Aún no termino de decirle sus cosas! –bufó, desviando la vista
hacia la parte baja con una sonrisa enorme en sus labios, notando al fin que el
menor le notaba.
Takaki:
-Hika….- apenas pronunció, sintiendo el peso de su poder ganarle. Sus pies
flaquearon y cayó hincado sobre el techo en el cual se encontraba, abriendo las
manos y deshaciendo todos los vórtices creados a la vez alrededor para detener
las balas y los ataques.
Yaotome:
-¡Maldito descarado! –gritó hacia la persona que ahora sostenía de un ala,
alzando con una fuerza contundente aquel cuerpo que ahora parecía de papel -¡No
creas que me olvidaré de esto!- dio un nuevo grito y mientras el cuerpo volaba
por su cabeza, él bajó la mirada y aleteó con fuerza generando haces de aire
cortantes.
Arioka:
-¡Ahhhhhhh!- un grito jadeante que terminó por desaparecer al sentir como alguien
más lo tomaba. El otro demonio había brincado para detenerlo de una lanzada
siniestra, aunque más fue motivo de preocupación que de alivio, pues el demonio
mayor dio un vistazo rápido a lo que el menor tenía fuertemente prensado entre
sus brazos.
Takaki: -¿Qué
es eso? –señalo el cuerpo inconsciente de Yamada, ladeando la cabeza a la par
que acercaba su mano.
Arioka: -¡No
es nada!- abrazó más fuerte al vampiro y se apartó a prisa de los brazos del
demonio mayor, caminando torpe por el tejado y casi cayendo de éste, siendo
sostenido de un ala por el otro demonio.
Takaki:
-¿Acaso has venido por eso?- enarcó una ceja, pero pronto su atención fue
desviada hacia un lado al ver como su compañero era atacado nuevamente por una
lluvia de balas.
Yaotome yacía
inmovilizado sobre el árbol enorme, rodeado de oficiales que no dudaron en
lanzar otra oleada de fuertes disparos para derribarle. Y aunque él intentó
escapar, la nueva nube oscura había nublado su vista habiendo hecho que se
ocultara dentro de una fortaleza creada por sus alas a su alrededor. Mas el
demonio mayor no dejaría que algo le ocurriese y torpemente alzó sus manos para
crear una especie de barrera invisible que fue poco perceptiva. Cuando Yaotome
vio que las balas no chocaban contra su cuerpo, abrió las alas batiéndolas con
fuerza y provocando un meneo en las balas próximas a alcanzarle, creando así
una desviación de éstas a los lados y otras más forzándolas a retroceder
mientras él buscaba una brecha de huida.
Yaotome:
-¡Rayos!- dijo al sentir como una de las balas le había alcanzado, rozando
parte de su piel y creando una herida superficial.
Takaki:
-¡Hikaru! –desvió la vista entonces al demonio menor que se mantenía expectante
como una estatua aquel suceso. -¡Vámonos!-
Arioka: -¿Eh?
– apenas reaccionó a sus palabras, cuando estaba siendo de nuevo cargado por el
mayor y siendo lanzado con fuerza hacia donde se encontraba el demonio líder.
¡NO! ¡Espera!- más sus súplicas no fueron escuchadas.
Nuevamente
Arioka se vio lanzado por los aires, sosteniendo con fuerza al menor e
intentando controlar sus movimientos para detenerse con las alas, sin embargo,
no fue lo suficientemente rápido para hacerlo, pues nuevamente era sostenido de
una de sus alas por Yaotome, quien simplemente lo dejó tambaleando por los
aires.
Takaki: -¡Ya
lárgate! – gritó viendo la nueva lluvia de balas intentar alcanzar a los otros,
dando un salto y posicionándose al frente para abrir nuevamente vórtices que
detuvieses las balas y las re-direccionaran a otro lado.
Yaotome: -No
me lo dirás dos veces- susurró, estirando su mano para abrir él un vórtice y
comenzar a introducirse con prisa jalando a Arioka que se negaba a entrar.
Sabía lo que
sucedería si entraba en él, y se negaba a hacerlo, pero lamentablemente la
posición en la que se encontraba no le permitiría ningún movimiento para
escabullirse.
Arioka: -¡No!
¡Espera! ¡Hikaru!- se retorcía pero no tuvo oportunidad una vez que el cuerpo
del demonio líder se hubo hundido en la oscuridad, arrastrándolo con él y
sintiendo como el cuerpo del vampiro se le resbalaba.
La
explicación es sencilla: Nada, absolutamente nada que no sea un demonio puede
atravesar los vórtices creados por Yaotome. Éste hecho hace que sea difícil
seguirles pues aunque entren dentro no hay posibilidad de atravesar lo mismo
que ellos. En todo caso, para otras criaturas y cosas es como si pasasen a
través de una especie de nube o neblina oscura.
Lo que
significaba una cosa para quien en brazos de Arioka se encontraba. Si él
entraba en el vórtice, el vampiro quedaría suspendido en el aire antes de caer
de lleno sobre el piso y probablemente estrellándose. Y esa imagen perturbó en
la mente de Daiki su cordura, intentando hasta lo más posible aferrarse a ese
cuerpo que poco a poco quedaba colgado sentenciado a su final.
Nakajima:
-¡¡YAMADA!!- se escuchó de nuevo entre los mormullos de balas y gritos de
“fuego” aquella voz que no dejaba de llamar a su compañero con esperanzas a que
reaccionara.
Daiki
entonces lo supo. Si no podía llevarse al vampiro consigo (que no era su
intensión en sí esa) lo dejaría a cargo de aquel amigo que había gritado cuán
importante era.
Arioka: -No
tengo…-apenas sintió que su voz escapaba de su boca ya hundida en el vórtice.
Una mano se mantenía fuera sosteniendo apenas del cuello de la camisa del
vampiro, y con esfuerzo se impulsó nuevamente fuera, al menos quería que la
mitad de su cuerpo saliera para que pudiese divisar el lugar exacto de a donde
lo aventaría.
Nakajima:
-Yama… Yamada- susurró, abriendo los ojos y notando a donde iba la reacción del
demonio, quien lo buscaba con la mirada. No esperó mucho más tiempo y se subió
a la ventana, siendo sostenido fuertemente de la cintura por Chinen.
Chinen:
-¡Yuto!- exclamó exaltado nuevamente.
Nakajima:
-¡Acá!- hizo caso omiso a la réplica del menor- ¡Acá!- gritó nuevamente,
estirando sus manos cuanto pudo para llamar la atención del demonio.
Arioka: -
Bien…- dificultoso, alzó el cuerpo del vampiro y lo comenzó a balancear por los
aires, sintiendo que le tiempo estaba por acabarse pues abajo el otro demonio
que había servido de distracción para hacer sus acciones, ya estaba comenzando
a usar parte de sus habilidades para escapar y haciendo que los oficiales
volvieran su vista a ellos.
Nakajima:
-Yamada…- sonrió, sintiendo finalmente cierto alivio sobre su pecho al ver que
el cuerpo inconsciente de su amigo iba a ser devuelto a sus brazos, que ya
estaba preparados para recibirlo (al menos mentalmente pues sabía lo pesado que
podía llegar a ser eso, y agradeciendo que Chinen lo siguiese sosteniendo de la
cintura).
Arioka
finalmente dio un último impulso al cuerpo, comenzando a soltarlo despacio pero
sin contar con que el demonio mayor diera tremendo salto hacia los aires para
escapar nuevamente de las balas, chocando contra el cuerpo del recién lanzado y
provocando una colisión que hizo despertar al vampiro de trancazo e hizo que el
demonio nuevamente comenzara a caer.
Yamada:
-¡Ahh!- se encogió en su cuerpo, en una posición que hizo que el vampiro
esperándolo ya no pudiese alcanzarlo.
Nakajima:
-¡Yamada!- gritó casi lanzándose al vacío por él, pero afortunadamente no pudo
debido al menor.
Takaki:
-¡Ahh!- gritó, comenzando a girar sobre el aire mientras caía, sin embargo,
estiró su cuerpo en una posición erguida viendo hacia el frente y sintiendo las
balas deslizarse suavemente por éste. Abrió los ojos y un nuevo vórtice fue
abierto, sin embargo, no se dio cuenta que un cuerpo más le seguía.
Nakajima:
-¡¡YAMADA!!- gritó nuevamente, haciendo que el menor abriera las manos solo
para ver como última imagen a Nakajima extendiendo su mano hacia él.
Todos los
vórtices de los demonios deberían funcionar similares. Incluso en el de Arioka
pasaba lo mismo. Nada más que los demonios eran capaces de atravesar aquello,
lo que significaba un impacto significativo en el cuerpo del vampiro, y al
darse la vuelta, pudo notar aquel agujero oscurecido en el que desaparecía la
silueta de un demonio.
En los ojos
de Yamada, un torbellino de colores entre oscuros, grisáceos y líneas
blanquecinas se formaban cada vez más cercanas y grandes. Y entonces, su cuerpo
atravesó eso.
La siguiente
imagen que debiera verse, es la cara estrellada del vampiro contra el suelo,
ensangrentado, sin ningún movimiento y apenas reaccionando ante aquello, más,
no fue así.
El vampiro
había cerrado los ojos sintiendo que su fin se acercaba, pero entonces su
cuerpo fue absorbido por aquel vórtice.
Sentía como
su piel de estiraba, sus miembros amenazaban con arrancarse de su tronco pues
la velocidad a la cual atravesaba aquello era inigualable. Su cara se comenzaba
a deformar víctima de la presión al frente que se ejercía y aunque intentara
llevar sus manos hacia su rostro o incluso intentara encogerse para no sentir
aquello, le era imposible el siquiera moverse. Aquella sensación era igual a la
de un cuerpo centrifugándose en una lavadora. Girando sin control sobre un
agujero que parecía no tener fin, y entonces, una luz al final del túnel fue
divisada y luego… nada.
CONTINUARÁ
Hola de nuevo!!
ResponderEliminarMe encantó esta continuación aunque sufrí al pensar que Ryo se pudiera estampar contra en suelo y lo que tendrán que sufrir Daiki y Ryosuke en el mundo de los demonios porque Hikaru y Takaki se las traen, mira lo que hacen sufrir al pobre Daichan.
Muy buena conti.
Quiero más...